La Historia

Estos terrenos fueron de las hijas de Don Gregorio Berdier. En los años 40, el salón comenzó como taller de tractores y estación de servicio. Con el tiempo, fue bar, kiosco y hasta refugio para cerdos.

Los años y los distintos usos dejaron huella, como esas viejas aberturas que alguna vez permitieron asomarse a la historia que guardan las gruesas paredes de ladrillo hechas con barro.

Hoy, esta construcción ha sido recuperada con esmero para honrar su arquitectura. Sus aberturas originales de pinotea, con diseño de cuarto punto, vuelven a lucirse, al igual que su piso de calcáreo artesanal, que conserva el alma y el trabajo de sus creadores.

Las Golondrinas

En muchas culturas, las golondrinas simbolizan suerte y protección. En noviembre de 2023, durante la obra de los baños, descubrimos una pareja construyendo su nido. Criaron tres pichones y, tras migrar 7.000 km, partieron a fines del verano.

En noviembre de 2024, volvieron tras 14.000 km y entraron directo a su nido. Quitamos un vidrio para ayudarlas. Hasta enero de 2024, criaron dos camadas más.

Hoy ya no ocupan el nido, pero aún sobrevuelan la casa. Quizás nos dieron permiso para abrir un nuevo capítulo. Todos volvemos a casa, físicamente o a través de recuerdos que nos hacen sentir en nuestro lugar en el mundo.

Berdier, el Pueblo de las Diagonales

Fundado el 15 de febrero de 1910 en tierras cedidas por la familia Berdier, el pueblo alcanzó su esplendor con 2.000 habitantes. Su nombre proviene de José Gregorio Berdier, propietario de campos en la zona. En 1909, sus hijas donaron tierras para el predio ferroviario, bautizándolo en su honor, nueve años después de su fallecimiento.

Berdier tuvo almacenes, fábrica de ladrillos, carnicería, herrería, carpintería, lechería, panadería, peluquería, escuela y destacamento policial. Como muchos otros pueblos, comenzó a vaciarse tras el cierre del ferrocarril.